Diversas especies de plantas en los pastizales de las praderas sustentan un ecosistema estable a largo plazo porque exhiben una funcionalidad complementaria.
Un ecosistema es una comunidad biológica de organismos que interactúan y su entorno físico. Un ecosistema saludable incluye múltiples especies que cumplen funciones o roles similares, por ejemplo, más de una especie que fertiliza el suelo y más de una que controla la población de un determinado depredador. Esta redundancia es crucial para respaldar la estabilidad a largo plazo del ecosistema porque las perturbaciones naturales, como incendios, enfermedades o cambios climáticos, a veces pueden eliminar especies enteras que no pueden sobrevivir al cambio. Con la redundancia en la función ambiental, si una especie muere, es más probable que otra especie que cumpla un papel similar pueda reaccionar y prosperar después de la perturbación. Entonces puede tomar el lugar de las especies previamente dominantes, manteniendo así la resiliencia del ecosistema.
Por ejemplo, considere una situación en la que la principal planta productora de alimentos de un ecosistema de pastizales de pradera es completamente destruida por un incendio. Una especie de planta que antes era menos abundante ahora puede ser más adecuada para vivir en las nuevas condiciones del suelo y, por lo tanto, convertirse en la nueva especie de planta productora de alimentos dominante que sirve a los pastizales. Siempre que la composición de especies de plantas después del incendio cumpla el mismo papel funcional que la comunidad de plantas antes del incendio, la pradera podrá sobrevivir intacta al incendio.
Resumen contribuido por Ashley Meyers.