El centeno absorbe los productos químicos industriales de la tierra y los concentra en sus células.

Introducción

La hierba que apenas notas cuando caminas por un pastizal puede parecer cotidiana. Pero lo que ves sobre la superficie es tan solo la punta del iceberg (o más bien, la punta de la planta).

Bajo tierra, las hierbas forman una compleja red de raíces que se dividen y subdividen como las ramas de un árbol. Tejiéndose a través y alrededor de las partículas en la tierra, estas raíces mantienen a las plantas en su lugar y absorben el agua y nutrientes de la tierra a su alrededor. Es como beber a través de miles de pajillas o popotes al mismo tiempo.

La estrategia

Tal como en historias de amor, lo semejante también se atrae en el mundo químico. Casi cada compuesto forma parte de una de dos categorías. La primera se compone de moléculas que tienen un poco de carga positiva o negativa (“polar”). La segunda categoría carece de carga (“no polar”). El agua es polar, y atrae a otras sustancias polares. El aceite no es polar, y atrae a otras sustancias no polares. Es por eso que si preparas un aderezo de aceite y vinagre (que se compone de agua y un compuesto polar llamado ácido acético), forman capas en vez de mezclarse.

Esto es interesante para un aderezo, pero es a la vez interesante y útil cuando se trata de eliminar contaminantes aceitosos del suelo y del agua. En todo el mundo, la contaminación industrial y la quema de leña y otros biocombustibles han contaminado la tierra y el agua con compuestos llamados hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH).

Estas sustancias nocivas permanecen en los tejidos de la planta en vez de propagarse más al medioambiente.

Tal como otras plantas, el centeno extrae agua y otros líquidos de la tierra usando sus raíces, a través de un proceso llamado transpiración: las moléculas de agua en las puntas de las hojas se evaporan al aire, trayendo consigo otras moléculas de agua detrás de ellas. Como carecen de la polaridad que las atraería al agua, las moléculas aceitosas como los PAH no siguen a las moléculas de agua por las raíces o por el resto de la planta. Al contrario, parte de las células de las raíces (que están hechas de sustancias aceitosas) atrapan a los PAH. Las sustancias nocivas permanecen en los tejidos de la planta en vez de propagarse al medioambiente.

Eventualmente, estas moléculas se trasladan a las células, donde se conectan con las estructuras internas de las células que también tienen alto contenido aceitoso.

De esta forma, las raíces del centeno absorben y concentran los contaminantes. En algunos casos, también los convierten en otras moléculas menos nocivas. Sea como sea, cumplen una valiosa función de sacar estos contaminantes del agua que podríamos beber y del suelo en donde podríamos crecer cultivos, disminuyendo así el riesgo para nosotros y las futuras generaciones.

Las posibilidades

La tendencia que tienen las raíces del centeno de concentrar sustancias aceitosas en sus organelos y paredes celulares puede ser usado directamente para eliminar los contaminantes del suelo (un proceso conocido como y no biomimesis). Sabiendo que los contaminantes se concentran en las raíces, podemos esforzarnos en destacar la importancia de recolectar las raíces al igual que los tallos cuando sacamos y destruimos plantas que concentran los contaminantes.

Sabiendo que los contaminantes se concentran en los organelos y en las paredes celulares, podemos crear y diseñar variaciones que puedan secuestrar aún más contaminantes. También pueden servir como inspiración para modelar sistemas artificiales que concentren contaminantes en un espacio de recolección, facilitando el proceso de extracción o de conversión a moléculas menos dañinas.

Última actualización 24 de agosto de 2017