La piel de la sepia cambia de color rápidamente usando sacos elásticos de pigmentación llamados cromatóforos, para así evitar a los depredadores.

Introducción

La idea de volvernos invisibles nos intriga tanto, que cada generación inventa nuevas historias de superhéroes y villanos con esta habilidad. Pero en realidad, esto no es ficción. En el mundo real, los moluscos cefalópodos como la sepia usan un camuflaje dinámico para integrarse a sus alrededores. Independiente del fondo, en unos segundos parecieran desaparecer.

La estrategia

Las sepias pueden adaptarse a los colores y superficies de los entornos que las rodean, ajustando su e irisación de su piel, que se compone de varias capas.

En la superficie de la piel, los cromatóforos (pequeñas bolsas llenas de pigmentación roja, amarilla o café) absorben luz de varias longitudes de onda. Una vez que la información visual se ha procesado, el cefalópodo envía una señal a un nervio que está conectado con un músculo. Ese músculo se relaja y se contrae para cambiar el tamaño y forma del cromatóforo. Cada cromatóforo está controlado por un nervio distinto, y cuando el músculo adjunto se contrae, extiende y estira la bolsa de pigmentación hacia afuera, expandiendo el color en la piel. Cuando el músculo se relaja, el cromatóforo se cierra y el color desaparece. Un pedazo de piel del tamaño de una goma de lápiz puede llegar a tener XNUMX de estos cromatóforos, como una resplandeciente exposición de píxeles.

A line drawing shows how muscles pull on chromatophores to enlarge the area of color.
Imagen: Biomimicry Institute / Copyright © - Todos los derechos reservados

Una representación simplificada muestra cómo las sepias usan músculos y cromatóforos para controlar su coloración.

La capa más interna de la piel, compuesta de leucófaros, refleja la luz ambiental. Estos reflectores de luz de banda ancha le dan a los cefalópodos una “capa base” que les ayuda a adaptarse a la brillosidad de sus alrededores.

Entre los cromatóforos y los leucóforos hay una capa de piel reflectante compuesta de iridóforos. Los iridóforos usan una estructura para reflejar la luz entrante, aprovechándose de otros colores en el ambiente. Los iridóforos reflejan la luz de forma selectiva para crear coloración rosada, amarilla, verde, azul o plateada.

La combinación de esas capas de piel les permite a los cefalópodos integrarse rápidamente a sus alrededores, sin importar dónde estén.

Diagram showing three layers of cuttlefish skin in cross section
Imagen: Biomimicry Institute / Copyright © - Todos los derechos reservados

Las sepias ajustan el pigmento y la iridiscencia de su piel usando una variedad de estructuras en múltiples capas de su piel.

Mire este video de PBS Deep Look para obtener más información sobre cómo los cefalópodos usan el camuflaje adaptativo:

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Las posibilidades

Las tecnologías que controlan cuánto un objeto se destaca o pasa desapercibido pueden tener distintas aplicaciones. Por ejemplo, los cruces peatonales “inteligentes” podrían hacer más visibles a los peatones tanto para conductores como para vehículos autónomos. Al mismo tiempo, un “celular” verdaderamente inteligente podría cambiar de color para contrastar con su alrededor si su dueño lo anda buscando. Los cromatóforos de las sepias también nos dan una idea sobre los materiales que cambian de color al forzarse o doblarse. Esto podría ser útil para todo, desde indicadores visuales de falta de aire en las llantas de un vehículo, hasta estructuras en los puentes deformándose e indicando que necesitan reparación.

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Última actualización 17 de marzo de 2020