La piel de las ranas terrestres protege de la pérdida de agua a través de una capa impermeable que contiene lípidos.
Imagen: heidi bakk-hansen /

“El contenido de lípidos de estos orgánulos parece consistir en pilas de vesículas lipídicas aplanadas (Landmann, 1986, 1988) que comprenden principalmente glicoesfingolípidos, esteroles libres y fosfolípidos, que son precursores de los lípidos del estrato córneo (Fig. 4). Eventualmente, el contenido de lípidos de los orgánulos se secreta en el dominio extracelular, donde se procesa aún más en bicapas lipídicas compactas que ocluyen los espacios extracelulares entre los corneocitos adyacentes y superpuestos (Fig. 4), una condición que se ha comparado con un 'ladrillos'. organización "y-mortero" (Elias, 1983; Elias y Menon, 1991). Se ha propuesto que las acilglucosilceramidas sirven como "remaches" moleculares para promover el aplanamiento y el apilamiento de vesículas lipídicas que posteriormente se fusionan de borde a borde para producir láminas que comprenden bicapas emparejadas que se apilan paralelas a la superficie de la piel (Engström et al., 2000; Wertz, 2000). Estos forman láminas laminares múltiples con superficies lisas que se muestran en los estudios de fractura por congelación. De esta manera, los lípidos extracelulares forman un dominio continuo en todo el estrato córneo y funcionan como la principal barrera para la difusión del agua (Elias y Friend, 1975; Fig. 2)”. (Lillywhite 2006: 217)

Última actualización 28 de agosto de 2020