La lengua del reno o del caribú enfría la sangre que se dirige al cerebro bajo presión al estar altamente vascularizada.

“El reno (Rangifer tarandus) es un animal ártico que se ha adaptado a los cambios anuales de 80°C en la temperatura ambiente desarrollando un pelaje de excelente valor aislante en el otoño para mudarse en la primavera siguiente. Eso, junto con una reducción de la temperatura de la superficie causada por cambios vasculares (Johnsen et al., 1985b) y un mecanismo de intercambio de calor nasal eficiente (Blix y Johnsen, 1983) dan como resultado una reducción de 30°C en la temperatura crítica más baja de verano a invierno ( Nilssen et al., 1984a). El animal, tan equipado para soportar el frío, en consecuencia tiene pocas vías de pérdida de calor en invierno y corre el riesgo de hipertermia durante el ejercicio cuando la producción metabólica de calor aumenta rápidamente con la velocidad de carrera (Nilssen et al., 1984b)... Hemos observado que moderadamente el calor -los renos estresados ​​jadean, primero con la boca cerrada, pero, bajo estrés por calor severo, recurren al jadeo con la boca abierta (OMP) para disipar el calor de su lengua grande y ricamente vascularizada... Proponemos que los renos regulan el cuerpo y, en particular, el cerebro temperatura bajo fuertes cargas de calor por una combinación de jadeo, primero por la nariz, pero luego, cuando la carga de calor y los requerimientos de volumen minuto aumentan debido al ejercicio, principalmente por la boca y que eventualmente recurren al enfriamiento cerebral selectivo”. (Blix et al. 2011:3850,3855)

Última actualización 14 de septiembre de 2016