El pelaje y las plumas de las focas y los pingüinos les ayudan a agarrarse para escalar témpanos de hielo y nieve gracias a su rigidez.

Un pingüino emperador se sumerge en el agua en algún lugar de la Antártida. Los pingüinos emperador pueden sumergirse hasta 550 metros de profundidad, con 20 minutos de aire en una sola respiración.

Imagen: Wikimedia commons /

Elefante marino del sur (Mirounga leonina) (joven) en Georgia del Sur.

“Para las focas de los mares helados y los pingüinos de la costa antártica este mecanismo de deslizamiento y frenado es vital. Cuando salen del agua para escalar un témpano de hielo, se agarran con su piel rígida o sus plumas. Pueden escalar inclinaciones de 60° de esta manera. Cuando regresan corriendo al agua, simplemente se deslizan hacia abajo sobre sus estómagos. Numerosos otros animales que viven en la nieve tienen cerdas en sus superficies para correr o arrastrarse, por las mismas razones mecánicas”. (Tributsch 1984: 73)

Última actualización 14 de septiembre de 2016