La concha opaca del caracol marino amplifica la bioluminiscencia al difundir selectivamente las ondas de luz azul-verde.
“Algunos organismos vivos producen luz visible (bioluminiscencia) para la comunicación visual intra o interespecífica. Aquí, describimos un notable bioluminiscente en el caracol marino hinea brasiliana. Esta especie produce una exhibición luminosa en respuesta a la estimulación mecánica causada por encuentros con otros organismos móviles. La luz se produce a partir de áreas discretas en el cuerpo del caracol debajo del caparazón del caracol y, por lo tanto, debe superar esta barrera estructural para ser vista por un receptor externo. La eficiencia de difusión y transmisión de la carcasa es mayor que la de un material de referencia de difusor comercial. Lo más llamativo es que el caparazón, aunque opaco y pigmentado, difunde selectivamente la longitud de onda azul-verde de la bioluminiscencia de la especie. Esta difusión genera una pantalla luminosa que se amplía en relación con la fuente de luz original. Este caparazón inusual permite la transmisión espacialmente amplificada hacia el exterior de las señales de comunicación de luz del caracol, al tiempo que permite que el animal permanezca seguro dentro de su duro caparazón protector”. (Deheyn y Wilson 2010:2112)
“…para cumplir una función ecológica, la señal bioluminiscente de H.brasiliana debe superar la barrera física del caparazón para ser visible desde el exterior... Bajo la luz natural, el caparazón de H.brasiliana es opaco con una capa proteica marrón-amarilla (periostracum) sobre el verticilo principal (figura 2c). Sorprendentemente, al hacer brillar un haz de luz blanca en la abertura del caparazón, la mayoría de las longitudes de onda de la luz se transmitieron directamente a través del caparazón con bastante eficiencia (más del 75 %), excepto las longitudes de onda azul-verde (450–550 nm; figura 1)... Paradójicamente, encontramos que un haz discreto de luz azul-verde brilló en la abertura de la carcasa (imitando la bioluminiscencia emitida) dispersó estas longitudes de onda de manera eficiente a otras partes de la carcasa que de otro modo no estarían expuestas a la fuente original y se emitió como una luz difusa y señal luminosa espacialmente amplificada (figura 2b)”. (Deheyn y Wilson 2011:2114)
“Los mecanismos por los cuales tal difusión específica de longitud de onda tiene lugar en el caparazón de H.brasiliana aún quedan por caracterizar, y es probable que estén vinculados a la morfología estructural de las capas de calcio en lugar del periostraco proteináceo pigmentado superpuesto”. (Deheyn & Wilson 2011:2115)