La capa mucosa del pez payaso protege al pez de la picadura de la anémona de mar a través de la inmunidad innata o adquirida.
El pez payaso y las anémonas de mar tienen una relación compleja y mutuamente beneficiosa. Los peces payaso viven y están protegidos por algunas especies de anémonas de mar; sin esta protección, no pueden sobrevivir en la naturaleza. Los tentáculos de la anémona pican y matan a otras especies de peces, pero el pez payaso está protegido de la picadura de la anémona.
Se cree que el pez payaso está protegido por una capa de moco en el exterior de su piel. Los estudios han sugerido que la protección del pez payaso puede ser innata, adquirida o ambas, según la especie. Se sugiere que algunas especies de pez payaso están protegidas de forma innata de la picadura de una anémona antes de entrar en contacto con la anémona. Esto se debe a que la capa de moco que producen es suficiente para protegerlos de la picadura de la anémona. Otros, sin embargo, deben aclimatarse a la anémona anfitriona antes de poder moverse libremente entre sus tentáculos sin ser picados. Lo hacen frotándose en los tentáculos de la anémona una y otra vez. Inicialmente, los tentáculos pican a los peces payaso, pero con el tiempo, parecen estar ilesos.
Curiosamente, incluso los peces payaso que están protegidos de forma innata exhiben este "comportamiento de aclimatación". Después del contacto inicial, adquieren antígeno de la anémona que han encontrado. Se ha propuesto que estos antígenos sirvan como una especie de “camuflaje químico” para los peces. Con la adquisición de estos antígenos, la anémona ya no es capaz de distinguirse del pez payaso. El resultado es que el anémona ya no reacciona al pez picando.
Este resumen fue aportado por Alexis Dean.
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