La piel de las calabazas ayuda a protegerlas de patógenos fúngicos utilizando proteínas antifúngicas únicas.

La piel de esa calabaza que tallas en un Jack-o'-Lantern para ahuyentar fantasmas y duendes en Halloween contiene una sustancia que podría asustar a los microbios que causan millones de casos de infecciones por hongos en adultos y bebés cada año. Los científicos Kyung-Soo Hahm y Yoonkyung Park notan que algunos microbios que causan enfermedades se están volviendo resistentes a los antibióticos existentes. Como resultado, los científicos de todo el mundo están buscando nuevos antibióticos. Estudios anteriores insinuaron que la calabaza, utilizada durante mucho tiempo como medicina popular en algunos países, podría tener efectos antibióticos.

Los científicos extrajeron s de cáscaras de calabaza para ver si las proteínas inhiben el crecimiento de microbios, incluida la Candida albicans (C. albicans). Ese hongo causa infecciones vaginales por hongos, dermatitis del pañal en bebés y otros problemas de salud. Una proteína tuvo efectos poderosos en la inhibición del crecimiento de C. albicans, en experimentos de cultivo celular, sin efectos tóxicos evidentes. La proteína de calabaza podría convertirse en una medicina natural para combatir las infecciones por hongos en humanos, sugiere el informe. La proteína también bloqueó el crecimiento de varios hongos que atacan importantes cultivos de plantas y podría ser útil como fungicida agrícola.

Adaptado de “Pumpkin Skin May Scare Away Germs” (EurekAlert! 2009)

Última actualización 23 de octubre de 2019