Capturar, absorber o filtrar entidades químicas
Los sistemas vivos a menudo requieren elementos químicos y compuestos químicos, incluidos azúcares complejos, proteínas olores, para realizar actividades críticas. Estos compuestos existen en varios estados (sólido, líquido y gas) y son ubicuos en el suelo, el agua y el aire. Esto requiere que los sistemas vivos no solo tengan formas de capturarlos, absorberlos o filtrarlos, sino también formas de diferenciarlos, seleccionando aquellos que son valiosos o dañinos. Por ejemplo, los árboles de mangle viven con sus raíces en agua salada y sedimentos. Varias especies de manglares tienen diferentes estrategias para eliminar la sal del agua que toman para que sus tejidos puedan utilizar el agua dulce.
Almacenar Entidades Químicas
Las entidades químicas incluyen elementos como el carbono y los metales, y compuestos como los nutrientes y las proteínas. Los sistemas vivos a menudo deben almacenar entidades químicas (por ejemplo, para alimento o protección) de forma temporal o durante largos períodos; este último es sinónimo de secuestro. Debido a que las entidades químicas pueden reaccionar con otras sustancias químicas, los sistemas vivos deben almacenar estas entidades de manera que sean estables y apartadas (para almacenamiento a largo plazo) o fácilmente disponibles cuando sea necesario (para almacenamiento temporal). Un ejemplo de almacenamiento temporal lo encontramos en crustáceos como los cangrejos, que deben desprenderse de sus esqueletos externos a medida que crecen. Pero primero, un cangrejo debe absorber la mayor cantidad posible de carbonato de calcio de su caparazón, almacenando el compuesto en su sangre hasta que el cangrejo pueda usarlo para desarrollar un nuevo exoesqueleto.
Proteger de productos químicos
Los productos químicos están en todas partes en los cuerpos de los organismos vivos y sus entornos externos. Si bien la mayoría de los productos químicos son valiosos o benignos, algunos son tóxicos, incluidos los que se usan para la defensa (como la mucosidad que protege al pez payaso de los tentáculos punzantes de una anémona). Incluso los productos químicos naturales, como el arsénico, deben gestionarse para reducir su impacto. Algunos sistemas vivos tienen estrategias para descomponer las sustancias químicas nocivas, alterarlas en formas menos tóxicas, evitar físicamente que las sustancias químicas dañen los tejidos sensibles y más. Por ejemplo, algunos mamíferos herbívoros pueden digerir compuestos tóxicos en las plantas porque tienen una enzima particular que les ayuda a procesar compuestos de plantas venenosas.