Las células bacterianas producen gránulos de poliéster en agua a temperatura y presión ambiente a través del autoensamblaje enzimático.

Los bioplásticos bacterianos son poliésteres producidos naturalmente por ciertas bacterias. Estos poliésteres sirven como depósitos de carbono cuando el carbono es abundante, pero los suministros limitados de otros nutrientes hacen que el crecimiento y la reproducción continuos sean imposibles. Las bacterias realizan esta hazaña a temperatura ambiente y presiones en el agua. Por el contrario, los procesos industriales de fabricación de poliéster pueden requerir calor adicional, cambios de presión y/o solventes orgánicos. Aunque los poliésteres no son solubles en agua, las bacterias pueden almacenar pequeños gránulos de poliéster en su entorno celular acuoso al recubrir cada gránulo con solubles en agua. s.

La variedad de s que producen estas bacterias es bastante amplio. Además, las enzimas responsables de la polimerización del poliéster son tan flexibles que teóricamente pueden la polimerización de cualquier molécula orgánica simple que contenga los grupos hidroxilo (OH) y carboxilo (COOH) necesarios para formar un enlace "éster".

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1) Las enzimas secretadas por microbios facilitan la formación de enlaces "éster" entre moléculas orgánicas a temperaturas y presiones normales (el proceso se denomina reacción de "deshidratación" porque el agua es un subproducto de la formación de enlaces). 2) Se une más material de partida al compuesto a través de enlaces éster, de ahí el término poliéster. 3) Los microbios almacenan sus gránulos de poliéster en agua para su uso posterior como fuente de energía y carbono.

Última actualización 25 de septiembre de 2017