Las hojas ásperas de las plantas de morera previenen la infección al confundir las esporas de hongos después de que germinan.
Las plantas necesitan mantener sus vías respiratorias despejadas y saludables, al igual que los animales. Las plantas “respiran” tomando aire a través de orificios (llamados estomas) en la superficie de sus hojas. Estos poros a menudo están rodeados por crestas elevadas. Los estomas son necesarios para que una planta sobreviva, pero también son un punto de entrada para patógenos potenciales, microorganismos que pueden causar enfermedades. Hongos como el mildiú polvoroso y la roya usan estos agujeros para entrar e infectar las hojas.
Después de aterrizar en una hoja, las esporas de hongos germinan y producen tubos delgados con forma de hilo (llamados hifas). Estos tubos exploran la superficie de la hoja en busca de estomas. Cuando las hifas encuentran un poro, entran y lo llenan. Desde allí, crecen en el tejido vegetal, lo digieren y lo consumen.
¿Cómo encuentran los hongos estos poros? Resulta que responden a la textura de la superficie de la hoja. Las royas reconocen las crestas en la superficie de la planta y crecen en ángulo recto con respecto a ellas, lo que aumenta sus posibilidades de ubicar los estomas, mientras que el mildiu polvoriento reconoce la forma de las células especiales alrededor de los estomas y las usa como señal.
Los árboles de morera viven en climas húmedos que pueden poner a las plantas en mayor riesgo de infección por hongos. Algunas especies de morera, sin embargo, han desarrollado texturas únicas en sus hojas. Estos patrones superficiales confunden las hifas fúngicas, enmascarando las características regulares que de otro modo señalan la presencia de estomas.
Las hifas fúngicas no pueden penetrar directamente a través de la superficie de la hoja en la que se posan y deben ingresar a través de los estomas. Y las hifas no pueden volver a la forma de esporas una vez que germinan. Al enmascarar sus estomas, las hojas de morera hacen que las esporas de hongos agoten su energía y mueran antes de que puedan encontrar un camino hacia la hoja para alimentarse.
El enfoque de la morera para proteger sus estomas podría inspirar nuevas formas de controlar el crecimiento de hongos en otras superficies.