Corriendo juntas, las hormigas maestras llevan a las alumnas a una fuente de alimento, lo que les permite vagar y desarrollar un conocimiento de primera mano de la ruta. 

Introducción

Los buenos maestros toman a sus alumnos de la mano y les muestran el camino. A menos que sean hormigas. Luego los toman por la antena.

Los científicos han demostrado que las hormigas de roca veteranas e inexpertas (temnothorax albipennis) mantienen un diálogo táctil en el que los primeros transmiten sus conocimientos y los segundos siguen su ejemplo. A pesar de su reputación como pequeños robots preprogramados, las hormigas enseñan y aprenden activamente.

La estrategia

Las lecciones suceden en forma de algo llamado "carrera en tándem". Las hormigas ingenuas que no saben dónde buscar comida buscan hormigas que sí lo hagan. Pero no siguen simplemente al líder. No corren tras ellos. Los dos, maestro y alumno, corren juntos, manteniendo una conversación bidireccional.

Las hormigas experimentadas no están dejando un rastro químico para que lo sigan las hormigas inexpertas. Y no solo están transmitiendo conocimientos que las hormigas inexpertas pueden o no aprovechar y seguir.

Las hormigas “maestras” reducen la velocidad para esperar a las inexpertas. Hacen una pausa, mientras que las hormigas "estudiantes" a menudo dan grandes vueltas, probablemente para conocer la disposición del terreno e identificar puntos de referencia para guiar su camino la próxima vez que busquen comida por su cuenta. Las hormigas “maestras” proceden solo cuando sus alumnos golpean con sus antenas las piernas y el abdomen de sus maestras para comunicarles que están cerca y listas para continuar con la lección. La pareja maestro-alumno se mueve en tándem, disminuyendo la velocidad cuando la distancia entre ellos aumenta y acelerando nuevamente cuando están separados por solo la longitud de una antena.

La conducta satisface dos definiciones de enseñanza. En primer lugar, implica un diálogo bidireccional entre el profesor y el alumno. En segundo lugar, el maestro cambia su comportamiento normal, a costa de sí mismo, para que el alumno pueda aprender más rápidamente.

En experimentos, los científicos demostraron que las hormigas maestras pueden llegar a las fuentes de alimento cuatro veces más rápido si no las cargan los estudiantes. El maestro paga este precio a cambio de enseñar a otros cómo obtener alimentos de manera eficiente. El costo inmediato para el individuo se compensa al aumentar la aptitud de la comunidad en su conjunto.

Otros experimentos demostraron que, después de su lección inicial con sus maestros, las hormigas estudiantes no repiten el mismo camino serpenteante que pueden haber tomado durante su lección. Han aprendido sobre su entorno y toman rutas rápidas y directas desde sus nidos hasta las fuentes de alimento.

Las posibilidades

Enseñar y aprender es mucho más complicado que simplemente imitar a un colega más experimentado. Es un diálogo continuo, en el que los docentes presentan información y luego esperan a que los estudiantes la contextualicen e internalicen antes de continuar. Sorprendentemente, aunque es un proceso complejo, no necesita un gran cerebro para hacerlo. Realmente no necesitas un cerebro en absoluto. Dichos modelos también pueden ser un modelo para redes digitales, de distribución y otras.

Última actualización el 13 de febrero de 2021