Los micropelos en la cabeza y el cuello de la libélula crean fricción para detener temporalmente la cabeza y protegerla del daño.
La mayoría de los insectos tienen múltiples puntos de unión entre la cabeza y el cuello. Esto mantiene la cabeza estable y la protege de daños, pero limita el rango de movimiento y reduce la visibilidad. En especies que necesitan un área visible más amplia, como cazadores como libélulas y caballitos del diablo, la cabeza y el cuello se unen solo en un solo punto. Aunque esto permite un rango de movimiento más amplio, esta disposición también hace que la cabeza sea más vulnerable al daño cuando el insecto se mueve repentinamente. Para ayudar a mantener su cabeza más estable, la libélula tiene un "sistema de arresto de cabeza", que permite que la cabeza y el cuello se unan temporalmente, manteniendo la cabeza en su lugar.
El sistema de arresto de la cabeza está compuesto por miles de pelos fijos, conocidos como microtrichia, ubicados en la parte posterior de la cabeza y la parte superior del cuello. Los cabellos tienen formas complementarias que les permiten encajar entre sí, y cada par de cabellos entrelazados crea una pequeña cantidad de fricción cuando se deslizan entre sí. El efecto acumulativo de miles de pelos que se frotan entre sí se suma a una cantidad significativa de fricción, lo que permite que la libélula mantenga su cabeza estable en su lugar. El accesorio es fácilmente reversible si la libélula usa la fuerza suficiente para separar la cabeza del cuello, lo que permite que el insecto se adhiera repetidamente y de manera estable a la cabeza y el cuello.