Los zancudos acuáticos se comunican entre sí usando partes del cuerpo que envían y perciben ligeras vibraciones en el agua que los rodea.

Introducción

Los insectos de todo tipo pueden usar sus seis patas para caminar sobre superficies sólidas, pero los zancudos acuáticos tienen un toque especial. Los pelos de las patas de estos insectos de patas largas contienen surcos que retienen burbujas de aire, lo que les permite caminar sobre la superficie del agua sin abrirse paso.

Pero ese no es su único reclamo a la fama. Estos insectos también tienen estructuras especializadas en las patas y en la parte inferior que detectan las ondas diminutas y rápidas en el agua que los rodea. Esta habilidad permite que los zancudos acuáticos se comuniquen entre sí moviendo rápidamente las piernas hacia arriba y hacia abajo, haciendo vibrar la superficie del agua de una manera que los órganos sensoriales de otros zancudos puedan detectar.

Water strider
Imagen: Ryan Hodnet / Wikimedia Commons / CC BY SA - Reconocimiento de Creative Commons + ShareAlike

Las largas patas de un zancudo acuático contienen células sensoriales especializadas que le permiten captar vibraciones que contienen información de otros zancudos acuáticos.

Many water striders on the surface of water
Imagen: Hunter Deportes / Flickr / CC BY - Creative Commons Atribución únicamente

Los zancudos acuáticos se comunican entre sí golpeando rápidamente la superficie del agua con los pies, creando ondas que los vecinos cercanos perciben utilizando estructuras de detección de movimiento altamente sensibles en sus piernas.

La estrategia

Al igual que otros insectos, los zancudos acuáticos tienen pelos sensibles al movimiento llamados tricobotria en varias partes de su cuerpo. Pero los zancudos acuáticos tienen una variación especial sobre el tema: tienen varias tricobotrias extralargas que sobresalen del lado ventral del final de sus piernas. Estos tricobotrios simplemente tocan, pero no perforan, la superficie del agua, como los bigotes de un gato que hacen cosquillas en el agua de su cuenco mientras toma un trago.

Los insectos también tienen un órgano sensorial llamado órgano cordotonal cerca de sus articulaciones que les permite saber cuándo se mueven sus articulaciones y también pueden sentir otras fuerzas. Cada uno está formado por estructuras llamadas escolopidios. Los escolopidios, a su vez, se componen de tres partes: una célula nerviosa que está unida al sistema nervioso central y que incluye una extensión larga y delgada que detecta la presión llamada dendrita; una celda escolopale, que sirve como una vaina alrededor de la dendrita; y una célula de unión, que conecta el resto del escolopidio con la piel del insecto. Los zancudos acuáticos tienen más escolopidia que otros insectos, lo que presumiblemente los hace súper sensibles al movimiento.

Cuando un vecino mueve rápidamente su pierna hacia arriba y hacia abajo, genera pequeñas ondas que viajan por la superficie. Cuando estas ondas alcanzan las patas de otro zancudo, hacen que activen estos dos conjuntos de órganos sensoriales extrasensibles y alertan al sistema nervioso del insecto del movimiento.

Juntas, las células nerviosas activadas traducen el movimiento en información sobre la frecuencia y la ubicación de origen de las vibraciones y, por lo tanto, sobre la fuente que las envió. Los humanos no son zancudos, por lo que es probable que nunca estemos completamente seguros de cuáles son los mensajes, pero los científicos tienen evidencia de que incluyen información sobre el sexo del remitente y también brindan señales de advertencia si un zancudo se aventura demasiado en el personal de otro. espacio.

Las posibilidades

La capacidad de los zancudos de agua para sentir vibraciones diminutas con distintos significados ofrece abundante inspiración para los dispositivos que los humanos pueden usar para detectar movimiento y transmitir información. Por ejemplo, podría inspirar la invención de dispositivos que brinden una advertencia anticipada de terremotos o deslizamientos de tierra inminentes al capturar pequeñas ondas de movimiento que viajan por el suelo o el aire. Podría servir como modelo para mejorar la capacidad de los ingenieros estructurales para probar la resistencia de los edificios a las vibraciones causadas por el tráfico o las fuerzas de la naturaleza. O podría conducir al desarrollo de formas de comunicación entre humanos, dispositivos robóticos o ambos, que no dependan de la vista o de las vibraciones audibles que llamamos sonido.

Estrategias relacionadas

Última actualización de mayo 3, 2022