Los pequeños pelos de las patas ayudan a las arañas a sentir el movimiento sutil del aire al conducirlo directamente a las células nerviosas.
Introducción
Todos los animales comen, pero primero tienen que encontrar su alimento. Para los depredadores, eso significa poder detectar la presencia, la ubicación y el movimiento de sus presas, a menudo esquivas. Los lobos y sus parientes usan su agudo sentido del olfato. Las águilas y otras rapaces dependen de una vista excepcional. Para los murciélagos, todo está en los oídos.
Para cazar arañas, el secreto del éxito es el tacto: la información recopilada por cientos de pelos que sobresalen de sus patas larguiruchas.
La estrategia
Cada una de las patas de una araña tiene al menos 20 (y potencialmente más de 100) estructuras sensoriales llamadas tricobotrias. Cada uno consta de un cabello delgado de longitud y grosor variable incrustado en una membrana en la parte inferior de una base en forma de copa. Debajo de la membrana, el cabello se conecta a tres o cuatro células nerviosas.
Debido a las variaciones de tamaño y ubicación, cada trichobothrium brinda información única sobre la ubicación y el movimiento de la presa en relación con la araña.
Cuando un insecto vuela cerca, pone en movimiento el aire a su alrededor. El movimiento del aire, incluso las vibraciones del sonido, también hace que los pelos se muevan. Dado que cada cabello está suspendido en una membrana flexible (en lugar de estar apretado en la base), incluso el más mínimo movimiento se dirige directamente a los nervios.
Debido a las variaciones de tamaño y ubicación, cada trichobothrium brinda información única sobre la ubicación y el movimiento de la presa en relación con la araña. En una fracción de segundo, el sistema nervioso puede combinar la información de las muchas tricobotrias en una imagen clara de dónde y cuándo la araña necesita atacar para capturar su comida.
Las posibilidades
La hipersensibilidad al tacto y las vibraciones modeladas por el sistema de trichobothria de un receptor largo y delgado suspendido en una membrana flexible podría emularse a diferentes escalas utilizando diferentes materiales para detectar diferentes tipos de señales. A gran escala, podrían ayudar a analizar las corrientes submarinas o detectar la presencia o actividad de vida marina. A microescala, podrían proporcionar opciones alternativas para la detección de sonido en una variedad de productos.
Además, la capacidad de una araña para usar información recopilada y sintetizada por una red de muchos sensores para detectar la ubicación y el movimiento de un objeto podría usarse para mejorar nuestra capacidad de hacer lo mismo. Las aeronaves tripuladas o no tripuladas podrían adaptar la estrategia para una mayor sensibilidad a las pistas ambientales para evitar colisiones con aves, y los vehículos terrestres podrían usarla para mejorar maniobras como estacionamiento en paralelo o marcha atrás. La capacidad sensorial podría integrarse en dispositivos portátiles o ropa para que sea posible detectar movimiento más allá del rango de visión.