Las polillas utilizan los cambios de velocidad y altitud para mantener la trayectoria a pesar de los cambios en la velocidad y dirección del viento.
“Los resultados muestran que las polillas mantuvieron trayectorias perfectamente rectas durante largas distancias durante el vuelo. Esto no fue porque esperaron vientos de cola favorables. Más bien, emplearon una variedad de estrategias de vuelo para amortiguar los vientos dominantes, lo que les permitió mantener su rumbo durante toda la noche. Cuando los vientos eran favorables, volaban alto y lento, permitiendo que el aire los llevara. Pero durante fuertes vientos en contra o vientos cruzados, volaron cerca del suelo y aumentaron la velocidad para mantener el control de su camino.
Dice Menz: 'Durante años se asumió que la migración de insectos se trataba principalmente de ser arrastrados por el viento. Pero mostramos que los insectos son capaces de ser grandes navegantes, al igual que las aves, y son mucho menos vulnerables a las condiciones del viento de lo que pensábamos'”. (MAX-PLANCK-GESELLSCHAFT)