Los ojos del camaleón brindan una visión de 360 ​​grados debido a la anatomía única del ojo y la capacidad de transición entre la visión monocular y binocular.

Los camaleones tienen un sistema visual distintivo que les permite ver su entorno en casi 360 grados (180 grados en horizontal y +/-90 grados en vertical). Lo hacen de dos maneras. El primero es con especializaciones anatómicas que permiten que los ojos giren con un alto grado de libertad. El segundo es la capacidad del camaleón para hacer la transición entre la visión monocular y binocular, lo que significa que pueden ver objetos con cualquiera de los ojos de forma independiente o con ambos ojos a la vez.

Varias características anatómicas permiten a los camaleones rotar los ojos en un grado tan alto. Los ojos están ubicados en lados opuestos de la cabeza, brindando una vista hacia los lados y hacia atrás o hacia el frente. Internamente, los globos oculares están montados en torretas cónicas gemelas (como dos conos de helado invertidos). Sin una cavidad orbital profunda para evitar que el ojo se caiga (como en los humanos), el camaleón ha desarrollado un párpado grueso y musculoso. Esta tapa rodea cada ojo, dejando solo la pupila expuesta. Esto proporciona una "red de seguridad" que permite que el ojo sobresalga de la torreta cónica. Sin la restricción de una cavidad orbital profunda, cada ojo puede girar casi 180 grados, lo que brinda un rango de visión mucho más amplio que el de los animales cuyos ojos están asegurados en estructuras de cavidad.

Imagen: Tanalahy /

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La capacidad de transición entre la visión monocular y binocular también permite que el camaleón vea objetos de forma panorámica. Mientras busca presas, el camaleón usa la visión monocular, con cada ojo funcionando independientemente del otro. Los movimientos oculares, o movimientos sacádicos, se denominan "desacoplados" cuando funcionan de esta manera. Dos haces separados de nervios controlan la musculatura de los ojos y se envían dos imágenes separadas al cerebro. Una vez que el camaleón detecta a su presa, los movimientos sacádicos se sincronizan, en un proceso llamado "acoplamiento", y ambos ojos se fijan en el objeto. Para que ocurra el acoplamiento, primero se envían señales visuales al cerebro a través de dos haces neuronales no acoplados. El cerebro lee estas señales y el ojo que ha detectado a la presa envía impulsos eléctricos más fuertes al cerebro que el ojo que aún busca el objetivo. La neurona del ojo que no ve a la presa se sincroniza con la que sí lo hace, formando un paquete neuronal más grande. Una vez sincronizados los movimientos oculares, los ojos se fijan en el objeto y sólo gira la cabeza.

La capacidad del camaleón para cambiar libremente entre movimientos oculares sacádicos sincrónicos y desacoplados es como tener dos películas en tu cabeza, y si solo quisieras ver una, podrías hacerlo. Esto permite que el camaleón opere como un organismo binocular y monocular de una manera notablemente eficiente para la protección, la recolección de alimentos y los reflejos.

Este resumen fue aportado por Allie Miller.

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Última actualización 14 de septiembre de 2016