Este artículo analiza cómo trabajar con la intuición innata de los niños para nutrir la alfabetización de sistemas.

Objetivos

  • Los educadores reconocerán que los niños poseen una comprensión innata de los sistemas complejos.
  • Los educadores aprenderán a nutrir la intuición de los niños de que su mundo está interconectado y es dinámico, una red estrechamente tejida de elementos y procesos relacionados e interactivos.
  • Los educadores aprenderán cómo ayudar a los estudiantes a “conectar los puntos”: a ver más allá de la superficie, a reconocer las interconexiones y dinámicas entre personas, lugares, eventos y naturaleza, y a comenzar a pensar en cómo usar esas interconexiones para mejorar su mundo.

El pensamiento sistémico es importante en el diseño biomimético porque para naturaleza, necesitamos ir más allá de emular a un nivel superficial y considerar cómo lo que creamos se compone de sistemas y encaja en otros más grandes. Comenzar temprano, basado en lo que los niños entienden intuitivamente sobre el mundo, es más fácil que tratar de desaprender las formas más compartimentadas en que los adultos ven el mundo.

En este artículo, la educadora y escritora Linda Booth Sweeney señala que pensar en los sistemas significa prestar atención a las interrelaciones, patrones y dinámicas que nos rodean, y que los niños están naturalmente sintonizados con esto. Al cultivar la alfabetización de sistemas, los educadores y los padres pueden aprovechar esta comprensión natural para ayudar a promover esta forma integrada de pensar. Hacia el final del artículo, Sweeney da ejemplos de conversaciones y actividades sencillas que pueden ayudar a los jóvenes a aprender más sobre los sistemas.

Revisión del artículo

Descarga provista con permiso de Linda Booth Sweeney.