Generar químicamente flujo de electrones (Redox)
Los flujos de electrones, o transporte de electrones, es un paso crítico en numerosas rutas bioquímicas. Por ejemplo, el flujo de electrones a lo largo de la cadena de transporte de electrones entre las proteínas unidas a la membrana de las mitocondrias durante la respiración celular o el cloroplasto durante la fotosíntesis desencadena un flujo de protones a través de la misma membrana. Este flujo proporciona la energía para procesos celulares similares al flujo de agua a través de una represa hidroeléctrica.
Modificar el transporte de electrones
El transporte de electrones es esencial para ayudar a los organismos a producir energía y sobrevivir. Varias especies pueden modificar el movimiento de los electrones de diferentes maneras, permitiéndoles sobrevivir en una variedad de condiciones.
Modificar estado de oxidación
El estado de oxidación se refiere al grado en que un elemento ha ganado o perdido electrones; puede tener un impacto significativo en las características de ese elemento. Por ejemplo, el cromo hexavalente con un número de oxidación de +6 es un carcinógeno conocido, mientras que la forma trivalente menos oxidada (es decir, “reducida”), con un número de oxidación de +3, es menos tóxica. La bacteria, Acidiphilium cryptum, puede convertir enzimáticamente el cromo de la forma hexavalente a la trivalente.
Descomponer químicamente los compuestos inorgánicos
La gran mayoría de los procesos de ensamblaje y descomposición bioquímicos, incluso en los organismos más complejos, ocurren dentro de las células. De hecho, las células pueden realizar cientos, incluso miles de transformaciones químicas al mismo tiempo en condiciones favorables para la vida (temperatura ambiente y presión en un ambiente acuoso). Por ejemplo, el pirofosfato inorgánico se hidroliza para formar dos grupos fosfato en la ruta de degradación celular de los ácidos grasos.
Capturar, absorber o filtrar entidades químicas
Los sistemas vivos a menudo requieren elementos químicos y compuestos químicos, incluidos azúcares complejos, proteínas olores, para realizar actividades críticas. Estos compuestos existen en varios estados (sólido, líquido y gas) y son ubicuos en el suelo, el agua y el aire. Esto requiere que los sistemas vivos no solo tengan formas de capturarlos, absorberlos o filtrarlos, sino también formas de diferenciarlos, seleccionando aquellos que son valiosos o dañinos. Por ejemplo, los árboles de mangle viven con sus raíces en agua salada y sedimentos. Varias especies de manglares tienen diferentes estrategias para eliminar la sal del agua que toman para que sus tejidos puedan utilizar el agua dulce.