Almacenar energía
Una vez que un sistema vivo captura energía o transforma una forma de energía en otra, con frecuencia debe guardar esa energía para uso futuro. Pero la energía es difícil de almacenar en algunas formas. Por lo tanto, los sistemas vivos necesitan estrategias para usar la energía rápidamente o para convertirla de formas que son difíciles de almacenar (como la eléctrica o la cinética) a formas más almacenables. Por ejemplo, los saltamontes almacenan energía como energía potencial en un material elástico en sus tendones. Cuando necesitan saltar, esa energía se convierte en energía cinética, proporcionando la fuerza necesaria para escapar de los depredadores.
Gestionar el impacto
Un impacto es una fuerza elevada o un choque mecánico que se produce en un período corto de tiempo, como un martillo que golpea un clavo en lugar de una mano que empuja lentamente contra una pared. Debido a su velocidad y fuerza, los impactos no permiten que los materiales se ajusten lentamente a la fuerza, lo que puede provocar grietas, rupturas y roturas completas. Por lo tanto, los sistemas vivos tienen estrategias que pueden absorber, disipar o sobrevivir a esa fuerza sin necesidad de agregar grandes cantidades de material. Por ejemplo, el gran pico del tucán Toco es muy liviano, pero puede soportar impactos porque está hecho de un material compuesto con espuma rígida en el interior y capas de un material duro y fibroso en el exterior.