Los vasos sanguíneos y respiratorios en los mamíferos minimizan la cantidad de trabajo biológico requerido para operar al estar dispuestos jerárquicamente.


“Los vasos que se encuentran en los sistemas cardiovascular y respiratorio de los mamíferos suelen estar dispuestos en estructuras jerárquicas y una característica distintiva de esta disposición es su división o bifurcación en varias etapas. En cada generación, la dimensión característica de los segmentos vasculares generalmente se hará más pequeña, tanto en longitud como en diámetro”. (Peluquero y Emerson 2008: 179)

“Las estructuras ramificadas que se encuentran en los sistemas cardiovascular y respiratorio de los mamíferos han evolucionado, a través de la selección natural, hacia un arreglo óptimo que minimiza la cantidad de trabajo biológico requerido para operar y mantener el sistema. La relación entre el diámetro del vaso principal y los diámetros óptimos de los vasos hijos fue deducida por primera vez por Murray (1926) utilizando el principio de trabajo mínimo. Esta relación ahora se conoce como la ley de Murray y establece que el cubo del diámetro de un vaso principal es igual a la suma de los cubos de los diámetros de los vasos hijos”. (Peluquero y Emerson 2008: 180)

[Esta estructura matemática también se encuentra en árboles y otros organismos que exhiben ramificación]

Última actualización 18 de agosto de 2016