Las abejas seleccionan los azúcares naturales y rechazan los sustitutos basándose en una extrema sensibilidad al gusto.

“Por el contrario, cuando se les presenta una amplia selección de sabores, los insectos a veces responden mucho menos que nosotros. En una serie de pruebas, en las que se tomaron muestras de 34 azúcares diferentes y sustancias similares, los voluntarios humanos afirmaron que 30 de ellos tenían un sabor dulce. En marcado contraste, las abejas a las que se les ofreció esta selección respondieron solo a nueve de ellas, todas sustancias que se encontraban en sus alimentos naturales, como el néctar y la melaza. Las abejas no se dejaron engañar por los edulcorantes artificiales como la sacarina. En altas concentraciones, estas sustancias repelieron activamente a las exigentes abejas melíferas”. (Shuker 2001: 33)

Última actualización 18 de agosto de 2016