Las hojas de las plantas maximizan el tiempo de exposición para la fotosíntesis mediante el uso de varios esquemas de empaque para doblar las hojas grandes dentro de los cogollos para que puedan comenzar la fotosíntesis al desplegarse.

“Las hojas emergen de sus capullos de muchas maneras diferentes. Los de la planta quesera emergen bien enrollados, como paraguas perfectamente plegados. Las palmas producen las suyas cuidadosamente empaquetadas en pliegues. Los grandes y gordos capullos de ruibarbo brotan del suelo y estallan para revelar sus hojas jóvenes aplastadas y arrugadas. Los helechos envían sus brotes enroscados en forma de báculos con cada una de las frondas laterales enroscadas en su propio báculo en miniatura”. (Attenborough 1995: 43-45)

Última actualización 14 de septiembre de 2016