Las membranas lipídicas de las células vivas facilitan la química no polar en un entorno acuoso al formar espacios microscópicos favorables a los compuestos liposolubles.
A diferencia de la industria moderna, los sistemas biológicos son capaces de realizar una química compleja con compuestos solubles en agua (polares) y oleosos (no polares) en un entorno a base de agua. Sin embargo, la mayoría de las operaciones industriales dependen de solventes químicos a menudo tóxicos para realizar reacciones complejas con sustancias no polares. Los organismos han desarrollado la capacidad de manipular moléculas no polares en el agua porque no tienen otra opción: la Tierra es un entorno basado en agua. Han logrado esta hazaña mediante el desarrollo de lo que podría denominarse "microentornos" que proporcionan a las sustancias no polares una envoltura soluble en agua de tamaño molecular favorable que incluye proteínas globulares, bicapas lipídicas y micelas.