Los ascomicetos de vida libre que crecen en colonias pueden propagarse a ambientes extremadamente hostiles, incluidos los desiertos, porque poseen sustancias poliméricas extracelulares y otras adaptaciones.

“Los MCF [hongos microcoloniales] que habitan en las rocas soportan cambios repentinos en el medio ambiente adaptando rápidamente su actividad metabólica, estilo de vida y estructuras de supervivencia a las nuevas condiciones. Las peculiaridades ultraestructurales de estos hongos sugieren un metabolismo y una protección similares a los de las esporas (Fig. 6), aunque los MCF no se propagan sexualmente (Gorbushina, 2003; Gorbushina et al., 2003). Las características relevantes de MCF tolerantes a poikilo incluyen: (i) la capacidad de sobrevivir largos períodos de metabolismo suspendido. De esta manera, pueden permanecer como colonias formadas por microcolonias similares a pseudotejidos que comprenden de 100 a 500 células durante varias décadas hasta que regresen las condiciones favorables para un mayor crecimiento; (ii) la capacidad de reorganizarse internamente reemplazando constantemente las células muertas o muertas con nuevos brotes (Gorbushina et al., 2003) y Fig. 6C; (iii) la capacidad de formar hifas filamentosas que se desarrollan a partir de colonias similares a grumos (Fig. 5E) para penetrar profundamente en las rocas protegiéndose así del estrés ambiental. En este sentido, la porción visible de MCF melanizada es como la punta del iceberg, porque las hifas pueden penetrar rápidamente varios mm a cm en rocas duras en busca de ambientes más protegidos y; (iv) la capacidad de crear una multitud de revestimientos, pieles y caparazones similares a barnices que surgen de la impregnación de la matriz extracelular y las capas de melanina con minerales (Dragovich, 1984; 1993; 1998; Gorbushina, 2003).” (Gorbushina 2007: 1619-1620)

Última actualización 18 de agosto de 2016