Las cubiertas externas duras de algunos erizos de mar, llamadas pruebas, permiten la deformación local que puede resistir la carga de impacto mediante la incorporación de suturas envueltas en colágeno.

“Algunas de las pocas conchas relativamente grandes con paredes delgadas son las de los erizos de mar y otros equinodermos equinoideos. Se asemejan a estructuras soportadas por presión... pero carecen de las presiones internas necesarias (Ellers y Telford 1992), por lo que deben tener estructuras adecuadas, al menos en el sentido de la ingeniería. Para el biólogo, tienen 'pruebas' en lugar de 'conchas', y esta última distinción no es solo nuestra habitual proliferación terminológica. Las pruebas, a diferencia de las conchas, son estructuras en crecimiento de elementos duros articulados. Para algunos, al menos, las suturas envueltas en colágeno permiten una deformación local significativa, lo que debería reducir la carga de impacto y, por lo tanto, compensar algunos de los peligros de una cubierta delgada (Telford 1985). No obstante, se rompen con facilidad... La mejor explicación que puedo ofrecer de por qué los erizos de mar toleran tal fragilidad es que las fuerzas de las olas no proporcionan cargas perforantes ni un impacto de martilleo repentino". (Vogel 2003: 388)

Última actualización 14 de septiembre de 2016