Los abdómenes de las abejas pueden detectar campos magnéticos y usarlos en la navegación gracias a la magnetita.

“Los cuerpos de las abejas también contienen magnetita. En la década de 1970, el Dr. Joseph Kirschvink, zoólogo de la Universidad de Princeton, demostró que la magnetita se encuentra en bandas de células en cada segmento del abdomen de la abeja. Está más concentrado justo debajo del ganglio (una masa compacta de células nerviosas)”. (Shuker 2001: 45)

“'Cómo funcionan los MG que se encuentran en el abdomen como magnetorreceptores' es un enigma aún por resolver. Basta con señalar que las neuronas periféricas de los insectos pueden desempeñar un papel independiente del cerebro, de modo que una cucaracha macho puede continuar con el apareamiento, con la cabeza mordida por su pareja femenina. Ciertamente, existe un sistema de magnetorrecepción para el posicionamiento y la orientación en las abejas, y este mecanismo de detección simple, primitivo y altamente preciso puede estar presente en todos los demás organismos magnetotácticos”. (Hsu et al. 2007:8)

Última actualización 18 de agosto de 2016