La cutícula de las avispas proporciona un mecanismo de enfriamiento mediante el uso de pelos, capas delgadas y ramas traqueales.

“Los avispones y las avispas son únicos en el sentido de que, incluso en ausencia de glándulas sudoríparas, pueden zumbar a temperaturas de 40 grados centígrados sin sobrecalentarse. Una nueva teoría presentada por Jacob Ishay y sus colegas de la Universidad de Tel Aviv sugiere que los avispones pueden mantenerse frescos usando su cutícula como una bomba de calor eléctrica. El equipo cree que la cutícula del avispón se compone de una pila de termopares, que transfieren calor de un tipo de material conductor a otro cuando se aplica voltaje. El voltaje en este escenario sería el propio metabolismo del avispón o, por el contrario, la energía solar”. (Cortesía del Gremio de Biomímesis)

Imagen: Emily Harrington / Ilustración EH / Copyright © - Todos los derechos reservados

“En las avispas sociales Vespa oriental y Paravespula germánica (Hymenoptera, Vespinae), se ha encontrado un centro termogénico en la parte dorsal del primer segmento torácico. La temperatura en esta región del protórax es de 6 a 9°C más alta que la de la punta del abdomen, y esto en avispas voladoras activas fuera del nido (obreras, machos o reinas) así como en avispas dentro del nido que atender a la cría en los panales. Al mirar la región desde el exterior, se distingue un canal o más bien una fisura en la cutícula, que comienza en el centro de la superficie dorsal del protórax y se extiende hasta el mesotórax. Así, la longitud de este canal o fisura es de ~5-7 mm y se ve que contiene numerosos pelos finos cuya forma varía de la de los pelos a lo largo de la estructura. Debajo de la cutícula en esta región hay abundantes músculos dorsoventrales y longitudinales, al igual que la musculatura en los segmentos torácicos restantes (es decir, el mesotórax y el metatórax), que activan los dos pares de alas. El segmento que lleva el canal, por supuesto, carece de alas y sus músculos dorsoventrales están unidos a la cutícula, que en esta región se asemeja a un cuenco que alberga varias capas de epitelio que cuenta con numerosas ramas traqueales en forma de mariposa. Además, hay capas que muestran espacios llenos de linfa y también capas perforadas y depresiones, y debajo de todo esto hay una capa similar a un encaje que también cubre los huecos de la cutícula. Debajo de la cutícula propiamente dicha, hay numerosas mitocondrias y tráqueas grandes, que ocupan una parte considerable de la superficie del epitelio cuticular. Estas abundantes mitocondrias son, muy probablemente, el principal elemento de producción de calor en el centro termogénico”. (Ishay et al. 2006: 41)

Imagen: Sarah Faulwetter /
Última actualización 1 de septiembre de 2017