Este organismo unicelular crea redes eficientes y resistentes expandiéndose y retractándose constantemente en varias direcciones.

Introducción

Aunque parece pintura salpicada y no contiene más que una sola célula, el moho de fango es impresionante. Cuando le va bien, el moho existe en su estado “plasmodium” (una sola célula con núcleos múltiples, esparcida a través de superficies húmedas en el suelo forestal desde donde se alimenta de microbios). Cuando hay escasez de humedad y de alimentos, forma una estructura más rígida y libera esporas que el viento y la lluvia llevan a otros lugares. Cuando encuentran ambientes favorables, las esporas se convierten en amebas, se unen para formar plasmodium nuevo y otra vez comienza la búsqueda de alimentos.

La forma en que realiza esa búsqueda puede enseñarnos bastante, incluso a los organismos complejos y multicelulares como nosotros.

La estrategia

En su estado plasmodium, el Physarum polycephalum parece un líquido viscoso en crecimiento que extiende pequeñas extremidades en varias direcciones. A medida que crece, empuja sus líquidos internos a estas protuberancias latientes, creando una red de tubos que transportan sustancias nutritivas. Los tubos con nutrientes crecen más firmes, mientras que los tubos que no encuentran nutrición se encogen, dejando un rastro que le avisa al organismo que no vale la pena ir por ese camino.

Vean cómo las habilidades de búsqueda de alimento del <em>Physarum</em> pueden ayudar a los autos sin conductor:

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Con el tiempo, el moho de fango comienza a parecer una conglomeración de aspas y ejes. Los ejes son las fuentes alimenticias descubiertas en el proceso, y los tubos permiten el transporte de alimento. A través de prueba y error, algo que en un principio parece un crecimiento sin rumbo luego se convierte en una estructura dinámica y eficiente para adquirir y transportar alimentos.

El proceso no solo reduce la distancia que este moho debe viajar para conseguir su alimento, sino que también le permite encontrar un punto ideal entre múltiples objetivos. Estos objetivos incluyen: reducir la longitud de los tubos, reducir la distancia que deben viajar los alimentos, evitar adversidad y fortalecer la habilidad de enfrentar interrupciones imprevistas.

Este proceso es tan eficaz que este moho puede utilizarlo para resolver un laberinto o para perfeccionar redes entre nódulos puestos artificialmente.

Las posibilidades

La habilidad que tiene el moho de fango de perfeccionar las redes a través de la exploración y el refuerzo positivo puede ser aplicada para mejorar la eficiencia de muchas actividades humanas. Los vehículos autónomos podrían usar algoritmos parecidos para identificar cuál es la mejor ruta para llegar a un destino, dentro de un contexto real basado en actualizaciones sobre la capacidad vial, las condiciones del tránsito y los obstáculos intermitentes. Las y los diseñadores de infraestructuras podrían aprender de este moho para diseñar sistemas eficaces para transporte ferroviario, rutas de reparto, cañerías de agua, redes eléctricas y mucho más. El mismo moho de fango puede usarse para determinar rutas ideales, creando un modelo de la interrogante para que el moho lo resuelva.

La estrategia del moho de fango también podría usarse en búsquedas de rescate o para búsquedas de información por internet. Ya está siendo utilizado para desarrollar algoritmos que modelen la posición de las galaxias y para mejorar el diseño de materiales.

Cada vez que nos enfrentamos a varias opciones con el objetivo de encontrar sistemas más eficaces, nos haría bien guiarnos por este organismo que, aunque parezca simple, nos puede llevar por el buen camino.

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Última actualización 1 de julio de 2020