Regular los procesos celulares
Las células son los componentes básicos de todos los sistemas vivos, por lo que los procesos celulares dictan cómo se producen los procesos fisiológicos dentro de esos sistemas. Las células (ya sean organismos unicelulares completos o partes de sistemas vivos multicelulares) crecen, metabolizan nutrientes (es decir, los transforman químicamente), producen proteínas y enzimas, se replican y se mueven. Las células, como parte de los sistemas multicelulares, rara vez actúan solas, sino que tienen formas de señalar para comenzar y completar interacciones simples o bastante complejas. Cómo sana la piel es un buen ejemplo del papel de los procesos celulares. Las células sanguíneas llamadas plaquetas liberan factores de coagulación para detener el sangrado; los glóbulos blancos eliminan el área de materiales extraños y liberan moléculas para coordinar la curación; las células llamadas fibroblastos comienzan a reconstruirse usando proteínas llamadas colágeno; se forman nuevos vasos sanguíneos; y las células de la piel llamadas queratinocitos crean la nueva superficie.
Modificar tamaño/forma/masa/volumen
Muchos sistemas vivos alteran sus propiedades físicas, como el tamaño, la forma, la masa o el volumen. Estas modificaciones ocurren en respuesta a las necesidades del sistema vivo y/o condiciones ambientales cambiantes. Por ejemplo, pueden hacer esto para moverse de manera más eficiente, escapar de los depredadores, recuperarse del daño o por muchas otras razones. Estas modificaciones requieren índices y niveles de respuesta apropiados. La modificación de cualquiera de estas propiedades requiere materiales que permitan dichos cambios, señales para realizar los cambios y mecanismos para controlarlos. Un ejemplo es el pez puercoespín, que se protege de los depredadores tomando sorbos de agua o aire para inflar su cuerpo y erguir espinas incrustadas en su piel.