El cuerpo de la trucha arcoíris disminuye la energía requerida para nadar al interactuar con vórtices en su entorno fluido.

Muchos peces nadan usando un movimiento ondulante de sus cuerpos. La actividad muscular que dobla el cuerpo y produce estos movimientos durante la natación constante y continua puede costar una cantidad significativa de energía. Pero algunos peces, como la trucha arcoíris, pueden adoptar un comportamiento de natación especial que probablemente les permita ahorrar su propia energía extrayéndola de los vórtices de agua cercanos.

En un ambiente fluido, los vórtices son remolinos de agua o aire que a menudo se liberan (o “desprenden”) de objetos estacionarios y otras criaturas vivas, incluidos otros peces, que se encuentran en el camino de un flujo que se aproxima. Las truchas utilizan los vórtices de agua que se abren camino desde fuentes río arriba para su beneficio al ajustar su comportamiento típico de natación para producir un movimiento de 'eslalom' entre los vórtices.

Los investigadores plantean la hipótesis de que un pez que nada río arriba controla el ángulo de su cuerpo para aprovechar los flujos río arriba dentro de los vórtices arrojados por los objetos que se encuentran delante de él.

Las curvas del cuerpo aumentan en amplitud y curvatura, y la cola late a una frecuencia que coincide con la frecuencia a la que se generan los vórtices río arriba. El patrón de actividad muscular a lo largo del cuerpo también cambia, donde solo los músculos cercanos a la cabeza están activos. Esto difiere del movimiento ondulante típico donde los músculos se contraen a lo largo del cuerpo, comenzando desde la cabeza y moviéndose hacia la cola para producir una onda corporal que empuja al pez hacia adelante. Los investigadores plantean la hipótesis de que estos cambios en la actividad muscular y el movimiento corporal ayudan a la trucha a posicionar su cuerpo para que interactúe con los vórtices de una manera específica. La naturaleza exacta de esta interacción aún se está investigando, pero una explicación es que el pez controla el ángulo de su cuerpo de modo que el flujo local de los vórtices produce una fuerza corriente arriba continua sobre el cuerpo. El científico James Liao usa la analogía, "... suponemos que las truchas usan su cuerpo como una vela para navegar río arriba".

El concepto general de aprovechar los flujos de fluidos alterados detrás de otros objetos para reducir el costo energético del movimiento también se encuentra en los comportamientos humanos, por ejemplo, en los ciclistas que se arrastran uno detrás del otro para ahorrar energía.

Última actualización el 30 de enero de 2018