Capturar, absorber o filtrar líquidos
El líquido más común utilizado por los sistemas vivos es el agua, que necesitan para sobrevivir. Pero hay muchos otros líquidos que nutren, juegan un papel en los mecanismos de defensa o sirven para otros propósitos. El agua varía en su disponibilidad; a veces es abundante ya veces muy escaso o sólo está disponible en forma de niebla. Para minimizar la energía requerida para capturar, absorber o filtrar líquidos, los sistemas vivos tienen estrategias que aprovechan las propiedades únicas del líquido dado. Por ejemplo, el agua pasa del estado gaseoso al líquido cuando se encuentra con una superficie más fría que el aire. Las plantas en los bosques que experimentan niebla y nubes más que lluvia tienen estrategias que condensan el agua líquida del aire húmedo.
Proteger de la pérdida de líquidos
El agua es esencial para la vida. Los líquidos, principalmente agua, constituyen del 70 al 90 % de todos los sistemas vivos, y la pérdida de incluso un pequeño porcentaje puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Los sistemas vivos deben mantener un equilibrio de líquidos adecuado, lo cual es especialmente difícil en condiciones secas. Para hacerlo, deben controlar el movimiento de líquidos a través de sus límites. Los sistemas vivos hacen esto usando estructuras o materiales impermeables para prevenir o retardar el movimiento de líquidos. Por ejemplo, cuando los humanos reciben un corte, deben limitar la pérdida de sangre. Dispersas por todo el torrente sanguíneo hay estructuras en forma de lente que sirven para tapar la herida.