Proteger del exceso de líquidos
Si bien el agua es esencial para la vida, demasiada agua u otros líquidos pueden abrumar los sistemas vivos. El exceso de líquidos puede, por ejemplo, disminuir el acceso de un sistema vivo al oxígeno, promover el crecimiento excesivo de bacterias u hongos, o eliminar la tierra y los nutrientes. Para evitar la acumulación de líquidos en exceso, los sistemas vivos deben controlar el movimiento de los líquidos a través de sus límites o superficies. Lo hacen utilizando materiales o estructuras impermeabilizantes, ralentizando el flujo y/o facilitando el flujo para alejar el líquido. Las hojas de las plantas, por ejemplo, suelen tener superficies cerosas compuestas de productos químicos que repelen el agua para evitar que el agua llene las hojas o facilite el crecimiento de bacterias y hongos.
Proteger de la suciedad/sólidos
Cuando la suciedad y otros sólidos pequeños se adhieren a los sistemas vivos, pueden ralentizarlos, crear obstrucciones, reducir su capacidad para llevar a cabo funciones vitales o provocar el desgaste de la superficie. Debido a las fuerzas electrostáticas, es fácil que la suciedad y otros sólidos se adhieran a las superficies, por lo que los sistemas vivos deben superar esas fuerzas. Una lombriz de tierra, por ejemplo, usa una pequeña corriente eléctrica para evitar que las partículas del suelo se adhieran a su cuerpo mientras se mueve a través del suelo. Esto le permite moverse de manera más eficiente al reducir la resistencia.