La lengua de las hormigas se prolonga mediante mecanismos elásticos.

“Las piezas bucales son herramientas muy importantes para casi cualquier tarea que realizan las hormigas. En particular, el complejo labiomaxilar es esencial para la ingesta de alimentos. En el presente estudio investigamos el diseño anatómico del complejo labiomaxilar en varias especies de hormigas, centrándonos en los mecanismos de movimiento. Seis músculos labiales y seis maxilares con diferentes funciones controlan las diversas articulaciones y aseguran el desempeño adecuado del complejo labiomaxilar... los músculos labiales y maxilares presentan características musculares más lentas que rápidas y no parecen estar especializados para tareas específicas. Dado que los músculos transportadores de la glosa [lengua] están ausentes, la protracción de la glosa, el extremo distal del labio, es un movimiento no muscular. Mediante mediciones histológicas de los volúmenes de hemolinfa, pudimos excluir un mecanismo impulsado por la presión. Experimentos adicionales mostraron que, tras la relajación de los músculos retractores de la glosa, la glosa se protrae elásticamente. Este mecanismo elástico posiblemente establece un límite superior para la frecuencia de lametones, lo que influye en las tasas de ingesta de alimentos y, en última instancia, en el comportamiento de búsqueda de alimento. A diferencia de muchos otros mecanismos elásticos entre los artrópodos, la protracción de glossa en las hormigas se basa en un mecanismo en el que la elasticidad funciona como un antagonista real de los músculos. Comparamos el diseño del complejo labiomaxilar de las hormigas con el de la abeja y también sugerimos un mecanismo elástico para la protracción de la glosa en las abejas”. (Paul et al. 2002: 39)

Última actualización 18 de agosto de 2016