Los elefantes dirigen el flujo sanguíneo de la superficie de su piel a otras partes de su cuerpo para disipar el exceso de calor. 

Introducción

Viendo la foto, quizás puedes ver por qué los elefantes son llamados paquidermos: una palabra que en griego significa “piel gruesa”. Sin embargo, esa piel dura y gruesa viene con un desafío: animales de ese tamaño acumulan una gran cantidad de calor corporal en los climas cálidos de África y Asia y, a diferencia de la mayoría de los mamíferos, los elefantes no sudan.

¿Cómo se mantienen frescos? Una estrategia descubierta recientemente nos muestra que los elefantes quizás no siempre tienen la piel tan gruesa como se piensa.

Elephants use vasodilation to dissipate excess heat.
Imagen: Derek Keats / Creative Commons / CC BY - Creative Commons Atribución únicamente

Como no tienen glándulas sudoríparas, los elefantes se refrescan bañándose en el agua y también dirigiendo la sangre de la superficie de su piel al resto del cuerpo para disipar el exceso de calor.

La estrategia

Una manera en que los elefantes reducen su temperatura corporal es bañándose en el agua, ya que esto los refresca inmediatamente. Además, el patrón de las arrugas y los pliegues de su piel retienen agua que luego se evapora y transfiere calor al aire. Esto resulta en algo parecido a lo que hacemos nosotros al sudar para refrescarnos.

Otra estrategia para refrescarse es la vasodilatación. Cuando sentimos mucho calor, nuestros vasos sanguíneos se agrandan para traer la sangre más cálida del centro a la superficie de la piel. Es por eso que a veces nuestra cara se sonroja cuando hacemos ejercicio. La vasodilatación nos refresca de dos formas: primero, permite que el calor se irradie desde el cuerpo al aire; segundo, el calor apura el proceso de evaporación del agua cuando el sudor escapa por los poros, lo que nos refresca.

Los elefantes con sus cuerpos de barril necesitan mucha agua y no pueden perderla a través del sudor, pero sí pueden usar la vasodilatación para disipar el calor a través de la piel. Las orejas de los elefantes son ideales para esto, ya que proporcionan una superficie ancha de piel relativamente delgada llena de vasos sanguíneos. Cuando los elefantes se sobrecalientan, llenan sus orejas de sangre para disipar el calor corporal. También pueden ventilar sus orejas y aumentar el flujo de aire sobre la piel para apurar el proceso.

Recientemente, la ciencia ha descubierto que los elefantes también usan la vasodilatación en otras partes del cuerpo. Sus “ventanas térmicas” son redes de pequeños vasos sanguíneos que se alzan muy cerca de la superficie de la piel del elefante, de 2.5 cm (1 pulgada) de grosor. No se pueden ver a simple vista, pero las cámaras que visualizan el calor las han descubierto y revelado a la ciencia. Estos puntos de calor también pueden ayudar indirectamente, trayendo más calor a la piel para mejorar la evaporación del agua atrapada en las arrugas.

Lo opuesto también es cierto. Cuando los elefantes tienen mucho frío, su vasodilatación se ajusta y las ventanas térmicas en la piel se pueden “cerrar” para ayudar a retener más calor y regular la temperatura corporal.

Las posibilidades

La ingeniería ya está diseñando ventanas para edificios con sistemas circulatorios bio-inspirados que se llenen de fluidos y que regulen cuánto calor las ventanas irradian o absorben. Otros sistemas parecidos podrían diseñarse con materiales para edificios y automóviles, o con textiles para vestimentas, ropa de cama, o carpas. También podría usarse para dispositivos médicos que ayuden a las personas a regular su temperatura corporal, como aquellas personas que tienen problemas de o la menopausia.

Última actualización 27 de octubre de 2016