Las patas de los insectos se ajustan a superficies ásperas o lisas enganchando garras o almohadillas adhesivas.

“Los investigadores Bert Holldobler y Walter Federle han estudiado cómo los insectos pueden adherirse tanto a superficies rugosas como lisas. Descubrieron que cuando un insecto camina, dos garras en la parte delantera de cada pie agarran la superficie y luego comienzan a retraerse. Si la superficie es áspera, las garras se enganchan y el insecto se arrastra. Si la superficie es lisa, las garras articuladas se retraen más y las almohadillas adhesivas sobresalen entre las garras. Un sistema hidráulico en miniatura ayuda a desplegar las almohadillas para los pies”. (Cortesía del Gremio de Biomímesis)

Última actualización 18 de agosto de 2016