Las alas de los insectos combinan soporte estructural y economía de materiales porque son superficies planas y arriostradas.

“Las alas de los insectos proporcionan otro ejemplo más de superficies planas y arriostradas: vigas cilíndricas en voladizo (venas) que sostienen una membrana delgada. Una libra de alas de mosca de la fruta colocadas de punta a punta se extendería alrededor de 500 millas, una masa muy baja por unidad de longitud: un alambre de acero para llegar tan lejos tendría aproximadamente el mismo diámetro que un glóbulo rojo. Sin embargo, en cada segundo de vuelo, la punta de un ala se mueve varios metros y cambia de dirección cuatrocientas veces. Otras paletas y aletas también son bastante planas, al igual que algunas plumas, las branquias de libro de los cangrejos herradura y una dispersión de otras estructuras rígidas. En todos estos casos, sin embargo, la planitud se adapta a funciones distintas del soporte. Desde un punto de vista mecánico, la planitud de estos sistemas, por impresionante que sea, quizás se considere mejor como un mal necesario, y sus diseños incorporan características que compensan su rigidez a la flexión intrínsecamente baja”. (Vogel 2003: 439)

Última actualización 18 de agosto de 2016