El ascorbato ubicado dentro de los apoplastos de las hojas de las plantas ayuda a desintoxicar el ozono al reaccionar directamente con el contaminante.

Los procesos químicos que tienen lugar dentro de las plantas se encuentran entre los procesos químicos más complejos y eficientes que se conocen. La capacidad de una planta para transformar sustancias tóxicas en productos benignos o nutrientes útiles puede brindar una gran perspectiva para ayudar a los problemas de contaminación que se encuentran en el mundo actual. El ozono (O3) es una sustancia que se acumula en la troposfera (la parte más baja de la atmósfera terrestre) cuando el óxido de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles del aire contaminado interactúan con los fotones y se descomponen en un proceso llamado fotólisis. La presencia de exceso de ozono sigue siendo una gran amenaza para varias plantas y otros organismos, ya que puede causar daño oxidativo cuando reacciona con moléculas en tejidos vivos.

Sin embargo, la evidencia de investigación actual muestra que muchas plantas tienen una forma de combatir la toxicidad del ozono utilizando un compuesto antioxidante conocido como ascorbato (ASC) o vitamina C. Las moléculas de ASC se encuentran dentro de los apoplastos de las plantas, el espacio acuoso interno de la pared celular. La investigación sugiere que cuando el ozono pasa a la pared celular de la hoja, parte de él oxida ASC. Esta reacción produce productos no tóxicos que luego pueden ser manejados por la célula vegetal. De esta manera, ASC en la pared celular es parte de una primera línea de defensa contra el ozono, antes de que el ozono pueda oxidarse y dañar las moléculas sensibles en la membrana plasmática subyacente de la célula vegetal. Los estudios experimentales han encontrado que las concentraciones más altas de ASC están asociadas con una mayor resistencia al estrés oxidativo.

Última actualización 23 de agosto de 2016