Los huevos del sapo partero se adhieren a las patas del sapo macho dentro y fuera del agua a través de hilos de huevo pegajosos.

“Después de que la pareja pone y fertiliza cadenas de veinte a sesenta huevos, el padre empuja sus piernas a través de la masa de huevos. Los pegajosos hilos de huevo se adhieren a él, y durante las próximas semanas anda dando tumbos con los huevos entrelazados alrededor de sus muslos y cintura. Periódicamente se sumerge en aguas poco profundas, asegurándose de que los huevos no se arruguen y mueran. Cuando los renacuajos están casi listos para salir del cascarón, dan vueltas en sus cápsulas de huevos. Es probable que el movimiento de los veinte a sesenta embriones le haga cosquillas al cuerpo del macho y lo estimule a saltar a un estanque”. (Crump 2005: 53)

Crump, M. 2005. Los machos sin cabeza son grandes amantes y otras historias naturales inusuales. Prensa de la Universidad de Chicago, Chicago, IL. 199 págs.

Última actualización 18 de agosto de 2016