El exoesqueleto de los insectos se ajusta a la tensión y la carga cambiando el grosor, la rigidez y la orientación de las fibras.

“En su estado rígido, los exoesqueletos son estructuras compuestas laminadas rígidas hechas de fibras de quitina incrustadas en una matriz altamente cruzada. El exoesqueleto actúa como un detector de desplazamiento, tensión o carga a través de órganos especiales llamados sensilla, que están parcialmente integrados en las secciones locales del exoesqueleto. Estos órganos amplifican la información para el órgano detector principal, que está conectado al tronco nervioso. La información local obtenida se utiliza para modificar el exoesqueleto cambiando el grosor, la rigidez y la orientación de las fibras según la situación”. (La Universidad de Bath 2008)

Última actualización 14 de septiembre de 2016