Descomponer físicamente los materiales vivos
Los materiales vivos son aquellos que forman parte de los sistemas vivos (ya sea que estén vivos actualmente o en el pasado). Por ejemplo, un tronco caído, aunque muerto, se considera material vivo. Descomponer o descomponer los materiales vivos es importante para los sistemas vivos que se alimentan de ellos, así como para facilitar la descomposición de la materia orgánica. La descomposición aumenta el área superficial del material expuesta a la humedad, los hongos, las bacterias y otros sistemas vivos, muchos de los cuales utilizan enzimas y otros productos químicos para descomponerlo aún más. Pero los materiales vivos pueden ser difíciles de descomponer porque, para su propia supervivencia, su composición debe brindar apoyo y protección. Por lo tanto, los sistemas vivos requieren medios mecánicos (como moler, rasgar o masticar) para manipular estos materiales, así como también materiales fuertes que puedan superar la resistencia. Por ejemplo, los escarabajos pequeños que mastican madera tienen mandíbulas grandes y fuertes que les permiten cortar este material resistente.
Mover en/sobre sólidos
Para obtener los recursos necesarios o escapar de los depredadores, algunos sistemas vivos deben moverse sobre sustancias sólidas, algunos deben moverse dentro de ellas y otros deben hacer ambas cosas. Los sólidos varían en su forma; pueden ser suaves o porosos como las hojas, la arena, la piel y la nieve, o duros como la roca, el hielo o la corteza de los árboles. El movimiento puede involucrar a todo un sistema vivo, como un avestruz corriendo por el suelo o una lombriz de tierra excavando en el suelo. También puede involucrar solo una parte de un sistema vivo, como un mosquito que introduce sus piezas bucales en la piel. Los sólidos varían en suavidad, pegajosidad, contenido de humedad, densidad, etc., cada uno de los cuales presenta diferentes desafíos. Como resultado, los sistemas vivos tienen adaptaciones para enfrentar uno y, a veces, múltiples desafíos. Por ejemplo, algunos insectos deben ser capaces de agarrarse a superficies de hojas ásperas y resbaladizas debido a la diversidad de su entorno.