Las articulaciones de los vertebrados están protegidas mediante el uso de líquido sinovial como lubricante.

“Mientras que la tecnología trata de pulir el metal duro de los cojinetes hasta lograr un acabado lo más fino posible, la naturaleza cubre las superficies en contacto con una sustancia similar a una esponja que es comparativamente rígida pero bastante elástica: el tejido cartilaginoso, que difiere del tejido óseo duro esencialmente en que carece depósitos de cristales de calcio. Se podría comparar este tejido con la fibra de vidrio a la que se le han quitado las fibras. Los finos poros de la capa deslizante cartilaginosa están empapados de líquido sinovial lubricante. Cuando la junta se somete a presión, la capa se comprime y el fluido es expulsado de los delgados conductos. El principio de deslizamiento es el mismo que el utilizado para los vehículos con colchón de aire, con la diferencia de que en los cojinetes óseos el colchón (de líquido) se produce en el acto… El líquido sinovial también podría competir en el mercado con los lubricantes modernos. Contiene un poco menos que el suero sanguíneo, pero por otro lado lleva un ácido orgánico con moléculas muy largas que probablemente están ligadas a proteínas. Cuanto más varían las velocidades de deslizamiento en la capa de lubricación, menor es la viscosidad del fluido”. (Tribusch 1984: 41-42)

A diagram with parts labled showing the joint cavity and membranes between two bones
Imagen: Colegio OpenStax / Wikipedia / CC BY - Creative Commons Atribución únicamente

Estructura de la articulación sinovial.

Última actualización 14 de septiembre de 2016