Las paredes celulares de las plantas vasculares proporcionan resistencia mecánica durante las diferentes etapas de crecimiento ajustando su composición estructural.

Diagrama de la célula vegetal, con la pared celular en verde.

Sección transversal a través de una hoja de Ficus, vista con un aumento de aproximadamente 40x. Las hojas de ficus tienen estomas hundidos, lo que significa que sus células protectoras no están en la superficie exterior de la hoja, sino que están incrustadas en algunas capas de células dentro de la hoja.

“Las células de las plantas necesitan estar completamente hidratadas para funcionar correctamente (excepto en períodos de latencia, como por ejemplo en muchas semillas). Las células vegetativas individuales de las plantas, a diferencia de las de los animales, están encerradas en un pared celular. La pared celular de celulosa puede ser muy delgada, en células que se están dividiendo activamente, como por ejemplo, en brotes en crecimiento o puntas de raíces. Sin embargo, una vez que se desarrollan en su forma madura, las paredes celulares pueden volverse más gruesas y sustancias adicionales, principalmente ligninas, se incorporan a su estructura. Las propias células, pues, contribuyen a la resistencia mecánica de la planta. Las células de paredes delgadas, cuando están completamente hidratadas, son como pequeños recipientes presurizados. Las células maduras, especialmente aquellas con paredes gruesas, tienen fuerza mecánica propia, incluso sin contenidos acuosos. De hecho, muchas fibras carecen de contenido vivo cuando maduran”. (Cuchillero 2005: 98)

Última actualización 14 de septiembre de 2016