Los troncos y las ramas de los árboles resisten las tensiones externas mediante un crecimiento adaptable a la carga.

Los árboles y los huesos logran una distribución uniforme de la tensión mecánica mediante el uso eficiente del material y el diseño estructural adaptativo, optimizando la resistencia, la resiliencia y el material para una amplia variedad de condiciones de carga. Por ejemplo, para distribuir el estrés de manera uniforme, los árboles agregan madera a los puntos de mayor carga mecánica, mientras que los huesos van un paso más allá, eliminando material donde no se necesita, aligerando su estructura para sus cargas de trabajo dinámicas. A la escala de la celda, los árboles organizan las fibras en la dirección del flujo de fuerza, o trayectorias de tensión principales, para minimizar la tensión de cizallamiento. Los ingenieros han incorporado estas y otras lecciones aprendidas de árboles y huesos en programas de diseño de software que optimizan el peso y el rendimiento de los materiales compuestos de fibra. Por ejemplo, las piezas de automóviles y los automóviles completos diseñados con estos principios han dado como resultado nuevos diseños de vehículos que son tan seguros contra choques como los automóviles convencionales, pero hasta un 30 % más livianos.

Imagen: El Biomimicry Institute /

Collage de imágenes relacionadas con aligeramiento

Imagen: Sherry Ritter /

Este árbol tiene anillos más grandes en el lado a favor del viento del árbol como respuesta a los fuertes vientos en esta área (Waterton Lake, Alberta, CA). Los pastos en la foto están doblados por el fuerte viento.

Última actualización 21 de agosto de 2019