Los músculos son tejidos contráctiles que producen fuerza y ​​provocan movimiento a través de un proceso que involucra impulsos eléctricos y metabolización de glucosa, produciendo ATP y ácido láctico.

“El músculo consume oxígeno y combustible que puede transportarse a través de un sistema de circulación; el propio músculo soporta la reacción química que conduce al trabajo mecánico; los circuitos electroquímicos pueden actuar como nervios, controlando la actuación; parte de la energía se almacena localmente en el propio músculo; y, como el músculo natural, los materiales estudiados… se contraen linealmente”. (Madden 2006: 1559)

Última actualización 18 de agosto de 2016