Detectar sustancias químicas (olor, sabor, etc.) del medio ambiente
Los productos químicos son importantes para la señalización y la comunicación entre los sistemas vivos, ya sea intencionalmente (como cuando dos sistemas vivos intentan encontrarse) o no intencionalmente (como cuando una planta emite una señal química que un herbívoro puede usar para encontrar un sabroso bocado). También son importantes para otros usos, como navegar o encontrar fuentes de minerales. Pero las señales químicas suelen ser relativamente débiles y se dispersan cuando se mueven a través del agua o los gases. Por lo tanto, detectarlos requiere habilidades especializadas, incluida una forma de determinar de dónde provienen. Un ejemplo bien conocido de detección de sustancias químicas se puede ver en las hormigas que siguen un rastro de feromonas establecido por otros en su colonia para localizar una fuente de alimento abundante y de calidad.
Detectar el sonido y otras vibraciones del entorno
Para los sistemas vivos, la detección del sonido y otras vibraciones es importante para comunicar y detectar las condiciones dentro de su entorno. Los sistemas vivos deben ubicar la fuente de una señal para poder moverse hacia ella (como cuando es comida o una pareja potencial) o alejarse de ella (como cuando es un depredador). Para provocar una respuesta adecuada, los sistemas vivos deben detectar estas señales, reconocer su amplitud o volumen (que a veces es muy bajo) y determinar su dirección. Los sistemas vivos deben estar sintonizados con las señales relevantes para ellos y ser capaces de distinguirlos de los sonidos irrelevantes para evitar gastar energía innecesaria. Por ejemplo, las orejas de los búhos están colocadas asimétricamente. Esto les permite detectar sonidos con mayor precisión, lo que les ayuda a localizar presas pequeñas por la noche y evitar desperdiciar energía persiguiendo sonidos irrelevantes.