Las células en las hojas de la mostaza del penacho del príncipe la protegen del selenio orgánico tóxico al desintoxicarla y secuestrarla en los bordes de sus hojas donde realiza una función de control de plagas.

El selenio es un nutriente necesario en pequeñas cantidades para plantas y animales, pero rápidamente se vuelve altamente tóxico con dosis mayores. En animales, se asocia con numerosas enfermedades neurológicas, fisiológicas y congénitas. En las plantas, provoca reducción del crecimiento, necrosis, ineficiencia y la acumulación de radicales libres dañinos. Algunas plantas, sin embargo, como la mostaza del penacho del príncipe, hiperacumulan y secuestran compuestos de selenio modificando su estado químico y ubicación física. Estos organismos pueden tolerar niveles de selenio que matan a la mayoría de las otras plantas. Cuando las células de la mostaza detectan una mayor concentración de las especies reactivas de oxígeno (ROS) que produce el selenio, comienzan a producir más eliminadores de ROS y enzimas que generan compuestos de cisteína. Estas enzimas incorporan azufre en cisteína útil, pero el selenio compite por su actividad y da como resultado la generación errónea de selenocisteína tóxica (SeCys). Pero otras enzimas producidas por la planta agregan un grupo metilo a SeCys, lo que lo hace no tóxico. transportador Luego transporta y secuestra el compuesto de selenio metilado en los bordes de las hojas donde no solo no representa una amenaza para el resto de la planta, sino que en realidad sirve para repeler a los posibles depredadores.

Última actualización 23 de agosto de 2016