Los conductos nasales de los elefantes se comunican emitiendo vibraciones que provocan sonidos infrasónicos.

“El elefante fue el primer animal terrestre que se demostró que se comunicaba infrasónicamente, un descubrimiento histórico que provino de dos observaciones independientes. En 1981, los científicos de la Universidad de Kansas, el Dr. Rickye Heffner y el Dr. Henry Heffner, se sorprendieron al descubrir que los elefantes podían detectar frecuencias de sonido tan bajas como 17 Hz, que estaban dentro del rango infrasónico. Pero, ¿por qué deberían ser capaces de hacer esto? ¿Para qué sirve?

Este sonido fue descrito por la Dra. Katherine Payne del Laboratorio de Ornitología de Cornell como: "Repetidamente noté un latido palpable en el aire como un trueno distante, pero a mi alrededor estaba en silencio". (Artículo de National Geographic, agosto de 1989). El sonido le recordó a estar de pie junto al órgano más grande de su iglesia cuando el órgano hizo sonar la línea de bajo en un coral de Bach.

El Dr. Payne y otros registraron elefantes y descubrieron que “[D]entro de un mes se habían grabado 400 llamadas separadas, tres veces la cantidad de llamadas escuchadas por los investigadores en el rango sónico. Los análisis mostraron que los elefantes emitieron llamadas cortas en un rango de frecuencia de 14-24 Hz, que duró de 5 a 10 minutos, durante un período de 10 minutos.

“El tam también descubrió una pista visual importante sobre la producción de estos sonidos secretos por parte de los elefantes. Cuando un elefante volcaliza infrasónicamente, la piel de su color marrón revolotea, vibrando suavemente a medida que el aire pasa a través de sus fosas nasales... Dado que el infrasonido viaja largas distancias, es útil en este sentido. Estudios posteriores han demostrado que los elefantes en África pueden escuchar llamadas desde una distancia de hasta 2.5 km (4 millas) durante el día, mientras que por la noche este rango puede extenderse hasta 6 km (10 millas) como resultado de las inversiones de temperatura en la atmósfera que hace que el sonido viaje más lejos”. (Shuker 2001: 25-27)

Otros comunicadores de infrasonido: okapis, jirafas, elefantes africanos y asiáticos, rinocerontes, hipopótamos, caimanes, cocodrilos, urogallos y ballenas barbadas.

Última actualización 18 de agosto de 2016