Las hojas de las acacias protegen contra el consumo al producir un veneno cianogénico.
Imagen: Emily Harrington /

Acacia respondiendo al ramoneo de la jirafa: a. Hojas antes del daño; b. Cuando son dañadas por el ramoneo, las hojas se llenan de un veneno cianogénico; C. Al mismo tiempo, las hojas liberan gas etileno a través de sus poros que es transportado por el viento para alertar a otros árboles. Artista: Emily Harrington Todos los derechos reservados. 

Acacia cianofila

“Las acacias africanas, aunque estén bien protegidas por sus espinas, usan químicos desagradables en sus hojas como una segunda línea de defensa. Además, y lo más notable, se advierten unos a otros que lo están haciendo. Al mismo tiempo que llenan sus hojas con veneno, liberan gas etileno que sale a la deriva de los poros de sus hojas. Otras acacias en un radio de cincuenta metros son capaces de detectar esto y tan pronto como lo hacen, ellas mismas comienzan a fabricar veneno y lo distribuyen a sus hojas”. (Attenborough 1995: 70)

Última actualización 13 de octubre de 2016